Elegía del insomnio, te adivino desnuda,
abrazo la piel de la oscuridad
con la verde caricia de tus ojos,
tu cicatriz entreabierta me libera
abismo que es torrente, principio y fin,
densa sombra de los cuerpos
urdiendo una traición febea:
impedir el día desde esta vigilia.
Inventemos una noche de placer perpetuo
para castigar la arrogancia del sol.
Nuestro deseo no se merece tus fantasmas.
Jules Etienne
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