Relegadas por su inutilidad,
esparcidas entre los trebejos
permanecen en completo abandono
cartas y antiguas fotografías
manchadas por la humedad.
Erosionada evidencia de lo vivido
las facciones son difusas
sus rasgos se desvanecen
incierto testimonio en sepia
carcomido por el mutismo.
Una belleza de la que sólo sus ojos
han logrado sobrevivir,
el viejo matrimonio que no se toca
apenas se distingue entre los pliegues
del polvo acumulado y la desidia,
todos ellos se llevaron con sigilo
sus obsesiones amorosas,
el celo vindicativo de sus rencores.
Parias desterrados al desván,
se resignan a su evanescencia:
al tiempo le pertenece
el monopolio del olvido.
Jules Etienne
No hay comentarios.:
Publicar un comentario