"... tras el reflujo de la marea, esparcidos en desorden se revuelven los minutos con los días..."
Sopla el viento peregrino, se rasga la tarde,
ominosa calina que presagia la borrasca
detrás de un horizonte vasto y lejano.
En algún rincón de la calma aguarda la tormenta,
nubes fraguadas con el espeso vapor de la lluvia
liadas al cielo más allá del relámpago.
Desde el litoral, a la orilla de lo vivido
tras el reflujo de la marea, esparcidos en desorden
se revuelven los minutos con los días,
la suma de los años: el tiempo vuelto recuerdo.
Con el corazón a la intemperie
queda ya muy poco por decir.
Jules Etienne
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