En este paisaje sólo habitas tú
ajena al mundo y sus pecados.
Idilio que hiere y bautiza
la armonía de sus confines,
desde el bosque de tu cabellera
a la blanda simetría de tus colinas,
eres humedad que el tiempo bebe.
Permanece la huella de tu imagen
labrada en la corteza de cada árbol,
es la voluntad de estos ojos necios
que no dejan de recordarte,
es mi memoria que no se cansa de mirarte.
Jules Etienne